lunes, 17 de marzo de 2014

Desahogo Mental




Tengo que soltarlo, desprenderme de ese lastre de sentimientos que se aferran a las paredes de mi cuerpo y no me dejan casi ni respirar.

Estoy tan harta de tropezar con esa piedra que no quiere apartarse de mi camino, pero cuando me mira con esos ojos no soy capaz de resistirme a su encanto, y deseo tropezarme nuevamente, aunque eso suponga un exceso de equipaje emocional
.
Ya no veo el vaso medio lleno y medio vacío si tú no estás aquí.

Joder, vaya mierda de mundo, de jugar con los sentidos, de soñar despierto y no encontrar una respuesta concreta ante un montón de dudas existenciales sobre el amor, desamor y otros razonamientos ilógicos ubicados en el corazón o en su defecto en la mente.

Sinceramente, que más da lo que pueda pensar, solo quiero escapar de esta realidad que tanto nos consume día tras día.

Mírame, soy como ese títere que alguna vez conseguiste manejar, pero, ¿sabes qué? Estoy cansada de que metas el dedo en mis heridas, ya no lo aguanto más, voy a romper este silencio con un hasta luego, porque al fin y al cabo, soy incapaz de separarme de tu lado, ¿es qué no lo ves? Soy aquella persona capaz de hacer sonreír hasta tu mirada más triste, la que busca en tu dolor una vía de escape para sanar todo el daño causado a lo largo de tu vida.

Que asco de armonía, de noches sin dormir, de sueños que se convierten en pesadillas, de todo y de nada.

Acércate, que al fin y al cabo, soy como ese lobo con piel de cordero y que cada vez que me miras pierdo la noción del tiempo. Hablemos de la vida, del pasado, del presente y de un futuro incierto. Conoce mis secretos, déjame profundizar en los tuyos, solo así podremos ver como somos realmente, sin engaños ni mentiras, solo una claridad palpable con cada palabra entrecruzada por nuestros labios.

Me da igual lo que piense la gente, siempre he sido de romper las reglas, pensar por mi misma y lo que muchos ven mal, para mi solo es un paso para hacer las cosas bien y si eso implica aportar un poco de felicidad en mi vida, bienvenido sea el desastre natural, que se cuela por mi mente, avanzando por mi garganta hasta encontrar su destino final en un corazón lleno de cicatrices.

Duele, sí, duele equivocarse tantas veces, pero de ahí saco lo mejor de mí, la fuerza de 1000 titanes para seguir adelante y aprender, madurar, y afrontar las situaciones con un punto de lógica aplastante.

Me encanta ser tan contradictoria y acertada a la vez.


Curiosa descripción de una mente que no tiene intención de quedarse quieta. Aún me queda mucha guerra que dar en la cama y mucha paz por la mañana.