Tengo que soltarlo, desprenderme
de ese lastre de sentimientos que se aferran a las paredes de mi cuerpo y no me
dejan casi ni respirar.
Estoy tan harta de tropezar con
esa piedra que no quiere apartarse de mi camino, pero cuando me mira con esos
ojos no soy capaz de resistirme a su encanto, y deseo tropezarme nuevamente,
aunque eso suponga un exceso de equipaje emocional
.
Ya no veo el vaso medio lleno y
medio vacío si tú no estás aquí.
Joder, vaya mierda de mundo, de
jugar con los sentidos, de soñar despierto y no encontrar una respuesta
concreta ante un montón de dudas existenciales sobre el amor, desamor y otros
razonamientos ilógicos ubicados en el corazón o en su defecto en la mente.
Sinceramente, que más da lo que
pueda pensar, solo quiero escapar de esta realidad que tanto nos consume día
tras día.
Mírame, soy como ese títere que
alguna vez conseguiste manejar, pero, ¿sabes qué? Estoy cansada de que metas el
dedo en mis heridas, ya no lo aguanto más, voy a romper este silencio con un
hasta luego, porque al fin y al cabo, soy incapaz de separarme de tu lado, ¿es
qué no lo ves? Soy aquella persona capaz de hacer sonreír hasta tu mirada más
triste, la que busca en tu dolor una vía de escape para sanar todo el daño
causado a lo largo de tu vida.
Que asco de armonía, de noches
sin dormir, de sueños que se convierten en pesadillas, de todo y de nada.
Acércate, que al fin y al cabo,
soy como ese lobo con piel de cordero y que cada vez que me miras pierdo la
noción del tiempo. Hablemos de la vida, del pasado, del presente y de un futuro
incierto. Conoce mis secretos, déjame profundizar en los tuyos, solo así
podremos ver como somos realmente, sin engaños ni mentiras, solo una claridad
palpable con cada palabra entrecruzada por nuestros labios.
Me da igual lo que piense la
gente, siempre he sido de romper las reglas, pensar por mi misma y lo que
muchos ven mal, para mi solo es un paso para hacer las cosas bien y si eso
implica aportar un poco de felicidad en mi vida, bienvenido sea el desastre
natural, que se cuela por mi mente, avanzando por mi garganta hasta encontrar
su destino final en un corazón lleno de cicatrices.
Duele, sí, duele equivocarse
tantas veces, pero de ahí saco lo mejor de mí, la fuerza de 1000 titanes para
seguir adelante y aprender, madurar, y afrontar las situaciones con un punto de
lógica aplastante.
Me encanta ser tan contradictoria
y acertada a la vez.
Curiosa descripción de una mente
que no tiene intención de quedarse quieta. Aún me queda mucha guerra que dar en
la cama y mucha paz por la mañana.