Enjambres de avispas muertas
alimentadas por los desechos humanos que yacen en una tierra sin esperanza,
aquella tierra que una vez se llenó de vida, caminantes en búsqueda de sus
metas personales, animales en plena naturaleza activa, impulsados todos por sus
mentes creativas y exterminados por su odio visceral, por sus ansias ambiciosas
de querer tenerlo todo, batallas confrontadas entre personas de diferentes
características, pero con el mismo objetivo, ser mejor que nadie.
No nos
olvidemos el porqué estamos aquí, que ni siquiera las supernovas saben cómo
llegamos a este mundo, pero quizás esas estrellas murieron para darte paso a
esta vida que estás viviendo ahora mismo, ¡DESPIERTA!, sí, somos capaces de
cambiar todo el mecanismo de odio e injusticias que se ha implementado en
nuestro interior para que actuemos como ellos quieren, pero, ¿Quiénes son ellos
para manejarnos como esclavos y hacer absolutamente todo lo que nos dicen?
Somos dueños de todo lo que hayamos pasado, lo que estamos pasando y lo que nos
queda todavía por pasar.
Juega a equilibrar la balanza a tu favor, destruye las
normas, lucha por los que menos tienen y sácales una sonrisa al objetivo de la
cámara que te está vigilando y expande una energía positiva mofándote de esos
que quieren destruirte. No comas residuos que te pongan en el primer plato que
te sirven, que al igual que las venganzas, este, aunque esté caliente, también
te puede quemar hasta el alma. De que nos sirve tanta hipocresía humanoide,
aparquemos todo eso en el olvido, inyéctate una buena dosis de humildad y actúa
con sinceridad, que ya las cosas están demasiadas caras como para que además se
ponga precio a nuestras cabezas.
Deliberemos un plan común, dónde la palabra
sea la única bala que se dispara directa al corazón, incumplamos hasta las
normas de buena conducta, seamos los que tomemos las riendas de la teoría de la
relatividad y la llevemos a cabo transformando nuestros sueños en realidades
tangibles y no dejemos que en esta tierra se pierda hasta la última gota de
agua que se resbala por nuestros labios. Plantemos una nueva era de esperanzas,
es nuestro momento, no el suyo.
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